En
nuestra empresa de servicios de limpieza
de Valencia
sabemos que, para conseguir los mejores resultados, es preciso
emplear los productos de limpieza más apropiados dependiendo tanto de la
superficie a limpiar como de la naturaleza y características de la suciedad y
manchas que haya que eliminar. En la
mayoría de las ocasiones, salvo que hablemos de manchas muy específicas (restos
de aceites en garajes, manchas de pintura, etc.), suele ser suficiente con
utilizar lejía, para aquellos lugares en los que sea necesario garantizar
además la eliminación de gérmenes y bacterias, o amoniaco, por su gran poder
desengrasante.
Sin embargo, como bien conocen cuantos trabajan en cualquier empresa de servicios de limpieza de
Valencia
la lejía y el amoniaco jamás deben utilizarse al mismo tiempo. Podría
pensarse que una mezcla de ambos productos reuniría el poder desinfectante de
uno y el desengrasante del otro. Sin embargo, al entrar en contacto ambos
líquidos se produce una reacción química que libera un gas muy tóxico.
Los gases de cloro, al entrar en contacto con las mucosas de los ojos o de la
garganta, forman ácido clorhídrico, provocando, muy rápidamente, un picor
irresistible en ojos y garganta y, casi inmediatamente, empieza a corroer todo
lo que toca. En solo unos minutos puede inflamar la garganta de la persona que
respira estos gases hasta obstruir completamente sus vías respiratorias. De
hecho, los gases de cloro fueron utilizados como arma durante la Primera Guerra
Mundial hasta que fue prohibido su uso por las convenciones internacionales.
Es una de las primeras cosas que enseñamos a quienes pasan a formar parte de la
plantilla de Woman Limpiezas.